Barcelona gusta por ser una ciudad polifacética, por tener una amplitud de ofertas para todos los gustos y edades. Pero si dentro de la misma Barcelona, debemos escoger un rincón que mejor sintetice todas esas facultades de ciudad ecléctica que se le adjudica, ese lugar es sin ningún tipo de duda Montjuïc.
Y es que la montaña mágica tiene espacio para el ocio, para el deporte, para un macroconcierto ya sea en el Palau Sant Jordi o en el Estadio Olímpico o incluso para una fiesta en el Poble Espanyol – Hivernacle Pop Up Club, también se celebra un festival de circo, alberga los mejores museos de la ciudad y un largo etcétera por lo que este rincón privilegiado de la capital catalana no te dejará de sorprender. Te desentrañamos los rincones y lugares más curiosos y emblemáticos para vivir plenamente Montjuïc.
Image: traventia.com
El MNAC: la inmensa puerta de entrada
Nada más cruzar las torres venecianas ya nos damos cuenta que Montjuïc es mucho Montjuïc y que bien merece ser un mundo aparte que nada tiene que ver con la Barcelona plenamente turística.
Un centenar de fuentes nos abren el paso por los jardines de Maria Cristina hasta la madre de todas las fuentes: la fuente mágica. Un ingenio de la ingeniería que congrega cada día a miles de curiosos que se enamoran con su juego de luces, música y movimientos de agua.
Tras la fuente el imponente Palacio Nacional (hoy Museo Nacional de Arte de Cataluña, MNAC), que a pesar de asemejarse a alguna de las grandes catedrales apenas tiene 100 años. Construido para la Exposición Internacional de 1929 hoy día acoge joyas de la pintura, escultura y arquitectura como los más que recomendables frescos y retablos de las iglesias prerrománicas del valle de Arán.
El Poble Espanyol: mucho más que un pueblo
Sin necesidad de tener que subir todas las escaleras que se encuentran escoltadas por los juegos de cascadas ante el MNAC, podemos abordar Montjuïc desde el hermoso edificio modernista del Caixafórum. Camino que nos lleva a uno de los rincones más privilegiados de Barcelona: el Poble Espanyol.
Un conjunto de casas, calles y plazas que recogen la arquitectura popular de todo el país y que sirven de escenario para celebraciones, ferias, conciertos y eventos como el nombrado Hivernacle Pop Up Club o el famoso Brunch –In The Park.
La anella olímpica: mucho más que un recuerdo
En la zona media de la montaña nos encontramos con el espectacular conjunto que forman el Palau Sant Jordi y el Estadio Olímpico, flanqueados por otras instalaciones como las piscinas Bernat Picornell que lejos de quedar para el recuerdo tras los espectaculares Juegos Olímpicos de 1992, se han integrado en el conjunto de servicios para el disfrute de los barceloneses y sus visitantes.
La torre de telecomunicaciones de Calatrava supone la guinda para una imagen que ofrece una de las vistas más peculiares de la ciudad, además de los mejores conciertos, las mejores actividades deportivas y otros grandes eventos.
El castillo: el mejor de los remates
Nada para rematar una montaña mágica que el castillo que sirvió durante siglos para defenderla, y Montjuïc tiene uno con unas espectaculares vistas al Mediterráneo desde el s. XVII que no sólo evita ataques de piratas y ejércitos enemigos, sino que también acoge el festival de circo internacional durante las fiestas de la Mercé, el cine de verano y multitud de actividades que acercan su historia a todo aquel que la quiera conocer.
Un sinfín de jardines
Desde el jardín botánico hasta los que rodean al teatro griego con una clara inspiración en los jardines del Generalife de la Alhambra de Granada, los jardines de Montjuïc son muchos y variados.
Además de estos dos ejemplos, podemos encontrar una hermosa colección de nenúfares y flores de loto en cascada en los jardines de Cinto Verdaguer, unos enormes toboganes en el mirador del Alcalde, un excelente balcón al Mediterráneo en el mirador del Migdía y un sinfín de rincones de lo más variopinto con el verde como máximo protagonista.